testimonios + 2015 mayo 2, Guatemala - NO FUE UNA MUERTE NATURAL

 

Hoy en la tarde, compañeras y compañeros del Mojoca acompañaron al cementerio  general a Saira Julisa Romero, muerta, se dice, de muerte natural, quizás por exceso de consumo de drogas.

Tenia veintisiete años.

Hizo parte del primer grupo de las habitantes de la casa “Ocho de Marzo”.

Soñaba salir de la calle.

 

No fue por nada una muerte natural, aún si los responsables no serán incriminados y castigados.

Antes, de todo los narcotraficantes que se enriquecen vendiendo muerte.

Pues, arriba, todos los que explotan a los pobres.

Los presidentes, gobiernos, congresos, que no se preocupan  de su pueblo, que sirven a las multinacionales, a los gobiernos de los países ricos que saquean el país.

 

Responsables son también todas las personas indiferentes a la suerte de los más pobres,   de las niñas, niños, y jóvenes de la calle, marginados y humillados  que buscan en la droga la fuerza para sobre vivir.

 

Una vez más, la muerte fue más fuerte que el amor, demasiado débil, de nosotros del Mojoca.

 

Por favor, no digan que Saira ahora vive una vida mejor.

Ella tenía el derecho de vivir ahora una vida digna, tenía el derecho al respeto de su persona y de sus derechos de ser humano.

 

Saida en recuerdo de ti, vamos a seguir luchando para construir una sociedad más justa y fraternal  y para destruir los poderes de muerte  de todas las mafias, narcotraficantes, multinacionales, bancos, países ricos, enemigos de la humanidad.

 

Es necesaria una revolución pacífica de amor para que la sociedad nacional e internacional sea del servicio de las personas y no del poder.

 

Adiós hermanita, Amiga, Compañera Saira

 

Gérard Lutte